Estimados y muy queridos Reyes Magos de Oriente:
Comenzaré diciendo que llevo todo el año reflexionando sobre el cómo y qué poneros en mi carta, pues aunque sé que ya acercándose la Navidad vuestro trabajo se incrementa, deciros que al igual que a muchos, a mi familia le ha costado salir adelante. Por ello, ya que siempre os habéis portado tan bien conmigo, estas Navidades quiero que mis deseos vayan para aquellos que lo necesitan aún más que yo.
Este año, más que nunca, quiero que cumpláis mis deseos y aunque estos me gustarían que fuesen muy dulces, no por ello voy a pedir que las nubes sean de algodón y los ríos de chocolate. Lo que más ilusión me haría sería la gratitud del día a día de la gente, es decir, que la gente se saludara de corazón, que los temores desapareciesen y que todas las preocupaciones quedaran recluidas en un gran baúl. Otro de mis deseos es que se pudiese vaporizar el egoísmo y que este diese lugar a una hermosa lluvia de ilusión, bondad, creatividad,… Por favor, ¿podéis hacer de estos deseos una realidad?.
Cierto es que son mucho pedir y por ello, si podéis, quiero que me concedáis al menos uno, “el que la gente nunca deje de soñar”.
Feliz noche mágica de Reyes.