Hoy, al igual que en ocasiones anteriores, estaba clasificando el qué y dónde tirar cada uno de los objetos en desuso que tenemos en casa, aquellos que a pesar de estar estropeados aún continúan perdidos en los cajones (pilas y bombillas). Y, una vez más, mi hijo tras coger una bombilla de filamento incandescente – esas que ahora todo el mundo queremos perder de vista debido a su alto consumo en comparación con otras ya existentes en el mercado -, me preguntó: “Papá, ¿por qué está negra la bombilla por dentro?”. La respuesta que le dí fue sencilla, “es muy mayor, son como sus arrugas”. No obstante, y dejando a un lado la respuesta poética,…., ¿por qué el bulbo de vidrio de una bombilla común de filamento incandescente se va volviendo más grisáceo (negruzco) a medida que se usa? ¿Por qué no sucede esto con las bombillas halógenas, a pesar de que operan a temperaturas más altas?.
¿Por qué van ennegreciendo las bombillas con el uso?.
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