Ignis fatuus

La vida es como un gran galeón, sí, lo asemejo a un barco pirata, los cuales podían ser utilizados tanto para el comercio como para la guerra. Dicho así puede parecer muy poco atractivo, pero si lo pensamos detenidamente y estudiamos el posible símil, la guerra sería el día a día al cual nos enfrentamos y el comercio, a todo el intercambio de experiencias que se llevan a cabo (amistad, amor, desamor, triunfos, derrotas, …). Pero como cualquier otro barco, este también ha de partir y surcar otros mundos, efímero pero eterno momento en el que la vida se escapa de entre los dedos y en dicho tránsito, un instante convertido en llama que intenta aferrarse al mundo terrenal, ignis fatuus. ¿Qué es el fugo fatuo (en latín, ignis fatuus)? ¿es química o leyenda lo que se esconde tras dicho fenómeno?

Imagen de la biblioteca de pixabay.com

La química de una vela.

Una vez más ha llegado ese instante lleno de magia, ese instante en el que al soplar las velas pides un deseo, guardas silencio y observas como el hilo de humo desaparece para seguir el camino de la petición realizada. No obstante, este año es diferente y eso a pesar de haber cumplido un año más, pues desde luego el paso del tiempo no es perdonado. Debido a lo que estamos viviendo no he soplado las velas, las felicitaciones han sido virtuales, a través de mensajes o con una cómplice llamada emotiva, todo ello para respetar y proteger.

Autoría: Pexel. Galería de Pixabay

Hoy, tras soplar en mi mente las velas, mi deseo ha sido el de dar luz a la magia de la química que tiene una vela y no sólo por la luz y calor que emite sino para responder la pregunta de…,¿dónde va a parar la cera que se va fundiendo?

¿Reacción endotérmica?

En miles de ocasiones habrás oído eso de que “el conocimiento es capaz de proporcionarnos ciertas ventajas”, pero cuando esto lo oyes en la clase y es el profesor quien te lo dice, muy pocos son los alumnos que llegan a creerlo en su totalidad. Pues bien, ¿y si te digo que soy capaz de enfriar una bebida en cuestión de minutos y además, sin meterla en el congelador?…¿me creerías?¿sabes cómo lo podría hacer?.

Foto de la galería de pixabay.

Cebolla = llorar

En más de una ocasión, seguro que te has puesto a llorar como un descosido y sobre todo, al cortar una cebolla. Lo cierto es que eso de cortar una cebolla no tiene nada de triste y mucho menos para echarse a llorar, aunque hay cebollas y cebollas. Entonces… ¿por qué?. Y si te digo que el culpable es la química, me preguntarás eso de… ¿qué papel juega la química en este hecho?.

Foto de costanzimarco.

¡Flota!

Resulta curioso que al estudiar los estados de la materia encontremos un apartado dedicado, sólo y exclusivamente, al agua. Dicha peculiaridad reside en sus distintos estados, pues son estos los que explican el porqué de muchas curiosidades con las que convivimos a diario y sin darle a penas importancia alguna. ¿Por qué el agua es tan peculiar?¿por qué es importante que flote el hielo y en qué nos afecta?.

Fotografía de girlart39 (galería en pixabay.com)

¿Amor = Química?

Cuando el amor llama a nuestra puerta, es decir, cuando nos enamoramos, lo hacemos como si no existiera un mañana, sólo el hoy, y en cambio, cuando llega el desamor, es como si no hubiese existido el ayer. Cuando estamos enamorados nos sentimos excitados, llenos de energía y nuestra percepción de la vida es magnífica pero…, ¿por qué?¿existe alguna explicación a tanto sentimiento, euforia y percepción?¿tiene fecha de caducidad?.

Fotografía de Waldryano

El sabor del agua.

Una costumbre que inculcamos a los más pequeños de la casa es a tener un vaso de agua en su mesita de noche, más que nada para poder calmar la sed nocturna y no enfrentarnos al largo camino que separa la cama de la cocina, sobre todo en invierno. Pero, ese mismo vaso de agua ha cambiado su sabor al día siguiente, sabe diferente, … ¿por qué?¿es cierto que el agua tiene sabor?.

Fotografía de  congerdesign

¡Y esto para qué sirve!

En más de una ocasión hemos dicho eso de…,¡malditos logaritmos!¡y esto para qué sirve!¡si no lo voy a utilizar!. Pues bien, siento decirte que los utilizas y bastante, ya sea de manera directa o indirecta en tu día a día. ¿No me crees?.